De chismes, mangantes y Elijah Wood


Desde siempre se me ha considerado una persona sin criterio para según qué cosas,- con mogollón de conocimientos sobre series, películas, actores, música y conciertos, pero sin referencia alguna sobre todo aquello que trascienda del mundo ficcional, ya sabeís- pues lo cierto es que niños, os he tenido engañados durante mucho tiempo y os lo habeís tragado como pardillos de instituto, así que seamos serios por un momento, que hoy, he decidido salir del armario.


De siempre he sabido que circula el rumor de que no tengo opinión, de que soy algo así como una cabeza hueca, un ser vacio, una chica callada sin tema de conversación, una zapatilla, hablando en términos coloquiales. Pues bien, os diré que tal afirmación es una falacia como un castillo, aunque supongo que ya os lo olíais. Supongo que para contrarrestrarla creé este blog, para expresarme libremente con todos aquellos que mereciendo la pena, quisieran leerme, o algo así, digamos que fue algo así como la presentación en sociedad de mi criterio. Pero os explico, todo es una cuestión de de apariencias, no me culpeís a mi si no a los demás, que es que cuesta compartir pensamientos que a veces vienen a ser elevados con seres de inteligencia inferior y es más fácil camuflarse entre ellos, aunque sin caer en su rutina, porque entonces estás ciertamente jodido, aunque de momento eso no ha pasado.


Pero en fín, que por ejemplificar un poco, hablemos de política: ya sabeís ese tema tabú y de lo más detestable sobre el que jamás me pronuncio, pero necesario en el día a día, o eso dicen. Así que veamos, para empezar se me ocurre poca cosa, pues de siempre me he considerado apolítica, -apática con el tema más bien y bastante inculta, que esa es otra-, pero me remito a Thomas Hobbes que creo describe perfectamente mi insatisfacción para con la raza humana con su "Homo homini lupus", -El hombre es lobo para el hombre" que viene a ser lo mismo y no suena tan pedante-, pues vereís, ni creo en la política ni creeré y es más, considero firme y sentenciosamente que el hombre es malo y corrupto por naturaleza-no solo para los demás sino para sí mismo- y nunca va a cambiar, y con envidias, odios y desigualdades, no vamos a ningún sitio, y de esos defectos adolecemos todos, unos en mayor medida y otros en menor, pero todos por igual, así que entre imperfecciones varias anda el juego. -Vale que sea feo caer en generalizaciones y afirmaciones varias sin comprobar,pero es lo que creo y nadie me va a convencer de lo contrario, y soy faltona y mala por naturaleza, pero oye, yo al menos lo reconozco-.

Seguro que me entendeís mejor,-voy a ser más gráfica- si defino el poder como el anillo de Tolkien,, la metáfora perfecta, (de hecho obviamente J.R.R se refería a él) pues lo coja quien lo coja, acaba pringado, siempre abusa de esa posición privilegiada que le da el anillo y se convierte en un ser feo, retorcido, codicioso y malo, un Smeagol con cargo político vamos (al que por cierto si se convierte en presidente, le pagamos una renta vitalicia con nuestros ingresos, que no es nada) y que por desgracia generalmente no tiene el rostro angelical de Elijah Wood y no nos alegra la vida con su rostro en los periódicos, pero bueno, nadie es perfecto y estos menos. Y naturalmente en la vida real no tenemos un Samsagaz Gamyi dispuesto a librar al mundo con su altruismo y servicialidad de la corrupción y la estafa, lo cuál resulta ciertamente desesperante, somos todos muy egoistas, protegemos nuestro culo, y el del próximo como mucho, pero no el de los demás.

Y es que no,no me convence ninguno de los que desempeñan o han desempeñado cargos políticos en nuestro país, ni en ningún otro. Desde tiempos inmemoriales nos vienen timando, mero trámite,si no es uno, es otro, y si no, a los hechos me remito. Nos han robado, involucrado en guerras, nos han engañado, ninguneado, subido impuestos y ahora estamos con el caso "Gürtell" que ya es la escojonación de Fausto, y muy resultón como gag humorístico. Y el problema es que son los mismos lobos, con distintos disfraces de cordero, algunos mejor vestidos que otros- porque algunos visten de "La martina"- pero los mismos. Y puede sonar radical, que de hecho supongo que lo es, pero mi forma de pensar siempre ha sido controvertida. De hecho aquellos con los que me he abierto más en estos aspectos me han llamado de todo, desde "ácrata", hasta "roja" pasando incluso por "fascista" y "pepera". Vamos que en cuestión de colores políticos, he sido verde, roja u hasta violeta, algó así como un Tinki Winki travestido, pero no os creaís, que todo depende de la óptica con que se me mire, porque yo de hecho de siempre he sido de Kas naranja.

Y a ver, es que aquí el problema está claro, viene de confundir términos, porque por ejemplo, política y religión no son sinónimos y se tienden a juntar, que anda que no habré oido miles de veces a la típica abuelita decir eso de "- Qué buena persona era, de misa diaria y votante del PP" y me indigna sobremanera. Porque señora, Álvarez Cascos también era del PP y le puso dos cuernos como dos soles a su ex mujer, así que aquí, somos todos igual de malas personas, aunque llevemos jersey de pico y polos de Ralph Lauren. ¿Y desde cuándo eres mejor persona por ir a misa? Porque anda que no conozco yo señoras que se pasean por la alfombra de la iglesia para lucir el bisón nuevo, como si del Hollywood Boulevard de la iglesia de turno se tratara, o para cotillear de la vecina del quinto, ¿Qué sabes? No ha parado de hacer vete tú a saber qué cosas por la noche porque no hacían más que sonar los muelles de su cama - menuda marrana- .Que no, leches, que a mi no me engañan, que si eres buena persona te vas a África en misión humanitaria, y no te las das de aspirante a santo de la Iglesia escuchando el mismo sermón diario en la iglesia todos los Domingos, mientras estás pensando en las ganas que tienes de rascarte el culo o de irte a casa a echarte la siesta en vez de aguantar al párroco de turno, que tiene mérito, pero no como para que te ganes la consideración de martir, sintiéndolo mucho.

Porque sí,la religión es otra cosa, qué tema tan controvertido, por otra parte. Ya decía Edward Bloom que es de mala educación hablar de ella, pues nunca sabes a quién puedes ofender, y tenía más razón que un Santo. Es un tema que corresponde a la esfera íntima de toda persona,de la que no debe trascender. Lo principal es no juzgar a los demás por sus creencias, dependen de tantas circunstancias que resultaría nefasto, y me parece perfecto que alguien se sienta orgulloso de ellas, pero que no las imponga, que resulta tiránico y de bastante mala educación,tanto por parte de unos como de otros, por otro lado. De todas formas a mi me encantaría conocer, -para felicitarle personalmente por su capacidad manipuladora,claro está- al que adaptó las enseñanzas de la Biblia a la doctrina católica. Si los escritos fueran ciertos, Jc-de colegueo- habría simpatizado con prostitutas y pecadores a los que protegía como a los que más, pero qué pasa? que nosotros de la Biblia tomamos lo que nos sale de los cojones. El "querrás al prójimo como a tí mismo" por ejemplo nos lo pasamos con el forro cuando criticamos todo lo que nos rodea, sin embargo algunos siervos de Dios se toman el "Dejad que los niños se acerquen a mí" de forma demasiado efusiva, oigan.


¿Y qué os podría decir del tema? Tantas cosas...he pasado por todos los estados; católica, atea, agnóstica, y...¿Seguidora de Escribá de Balaguer? que no, que es broma, aunque de pequeña iba a un club del Opus y todavía aquella estampa maligna me persigue en sueños, aquello si era terror y lo demás sin tonterias, aunque como he dicho respeto máximo (aunque lo odie, lo ODIE profuuuuuundísimamente, pero tengo motivos...vale,sí,me justifico, soy igual de intransigente que el resto, me encanta). Vamos, que en resumidas cuentas, existe una tajante separación, pero claro, eso habría que decírselo a individuos de la estirpe de Rouco Varela, que con esas ínfulas de notoriedad están en todos los saraos más contentos que unas castañuelas, total, que hablen, que hablen, el caso es estar en la cresta de la ola.

Y creo que de momento con esto me quedo la mar de satisfecha, es todo lo que tengo que decir en este, mi primer capítulo de sinceridad. Así que con esto y un biscocho, hasta la próxima publicación a las ocho. Espero que se me ocurra algo realmente ocurrente, estoy perdiendo mi chispa maligna.

Comentarios

  1. Menudo batiburrillo de cosas que has contado, y menudo lío tengo yo ahora para exponer mis conclusiones.
    Aunque seré breve:
    Heli, hay que ser algo valiente en esta vida e intentar exponer tus opiniones a la gente. Está muy bien eso de, qeu crean que soy tonta, pero yo, la más lista de todas. Pero estas cosas, que son cosas cotidianas y superficiales (según mi pirmámide de Mashlow) hay que hablar de ellas, al menos de vez en cuando.
    a) Mucho criticamos a los políticos, el poder, etc...pero yo me quedo siempre con eso de ¿ Y cómo lo haría yo? No es fácil. No justifico nada ni a nadie. La historia es violencia y problemas y si pensamos que hemos evolucionado mucho, es que no estamos viendo las cosas con mucho realismo.
    b) Es de mala educación hablar de religiones...pero las religiones nunca se quedan en casa, siempre tienen ese afán de expansión, y ese es su error. Que se practiquen en las casas, bajo la moral que deseen, pero que no nos martiricen al resto que nos sentimos tan bien sin infienro, cielo, dios, los pecados, el aborto, la educación, las tradiciones, y la invasión de las calles, por no hablar de guerras y más conflictos.
    Y está mal explicado, pero esto da para mucho.
    A veces pienso que el hombre es malo, otras veces que las circunstancias marcan el ritmo de todo, que nos hacen ser como somos, ni mejores ni peores.

    Claire.

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  2. xD q weno! Me encanta cuando te sale la vena rabiosa, se lee pasión en los textos.
    Aunque me va a costar un huevín contestarte a todo, porque menudo cocidito madrileño que nos has preparao, así que haber si digiero bien el asunto, y si me repito lo siento. Ah, intentaré no caer en mi amada pedantería, pero temo que caeré fulminada en sus encantos.
    Política: mmm que rico pastel, goloso, goloso. Cómo dice la Srta. Claire, imaginemos ser un político. Vale, si soy de un partido minoritario viviría toda mi puta vida jodida, porque nunca conseguiría un mísero escaño, ya que los “rositas” y los azules del bipartidismo supremacista se destiñen rápidamente para no soltar una porción de tarta, que desde tiempos inmemoriales han considerado legítima (para que luego algunos vengan de antimonárquicos por la vida). Si algún día, consigo llegar al Congreso, veré como a la hora de mi parrafadita no hay ni si quiera un bedel, porque no interesa mi crítica y regañadita anónima sobre unas tierras amplias con muchos viejos, así que me comería los higadillos, lo mandaría todo a tomar por el culo y me iría a la república independiente de mi casa a leer libros sobre aquella guerra civil, que nunca me explicó la ESO.
    Y ahí, es donde radica el grave problema de la política: todos somos apolíticos (cosa que yo dudo y me parece imposible, pero bueno) y vemos como todo esta hecho una mierda y nos hocecamos en pensar que siempre será así, cuando hay muchas personas de pie y en la sombra, políticos y no políticos, que están haciendo cosas para que esto cambie. Si vivimos en una “supuesta democracia” tenemos unos derechos (disolución y una nueva formación de las Cortes, más partidos que los de los colores típicos … ), aunque tengamos que luchar por ellos con sangre, sudor y lagrimas.
    Si nuestros representantes quieren vestir de firma, a mi me da lo mismo, como si una lleva un florero en la cabeza, pero eso si, de su bolsillito propio, aplicándose también el cuento las teles públicas cuando me ponen a echar unos bailes a la nietísima por un par de míseros e insignificantes milloncejos. Porque el dinero público debería de ir para, por ejemplo, la cultura de los integrantes del estado, como libros, carreras universitarias, ipods, que están de moda (como me gustaría ver la cara del Rey del Pollo Frito sin sus frituras de impuestos para su propio pienso).
    Religión: una cosa tengo clara ante este tema; Religión y Estado no son uno y cuanto más separados estén, mejor. No creo en ninguna religión y si se extinguen sinceramente me da igual. Los fanáticos de lo que sean nunca son buenos, no consiguen nada productivo, como los lavados de cara de los gobiernos con la Santa Sede. Tema desgastado y agotante, al que paso de dar una propaganda que no merece.
    Lo siento si ha sido largo y tedioso el asunto, pero ya sabes que cuando me emocionó.

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