Muertos cenantes


19 de noviembre de 2003 :" Somos como esas pobres parejas que dan pena en los restaurantes. Somos muertos cenantes. No soporto ser una pareja de la que se podría pensar eso."

Joel Barish, gran filósofo.

Desde "Eternal Sunshine of the spotless mind", gran icono de una generación, la frase resuena con fuerza en alguna parte de mi mente, cuál mensaje subliminal. Fotos, escenas, anécdotas de hoy, me evocan eso, muertos cenantes, tantas parejas sin gracia, pasión o ambición, fantasmas aburridos producto de la sociedad, fiel reflejo de sus más claras aspiraciones en esta vida.

Aquella película, instauró un nuevo concepto en mi vida y un nuevo handicap, tratar de acabar con la rutina monótona de mis queridos amigos Jim y Kate. No hay que recurrir a tintes de colores estridentes para conseguirlo, ni tampoco a agendas garabateadas, a actividades extrañas, tan solo huye de esa monotonía aburrida de parejas que sonríen sin gracia en las fotos que cuelgan de las paredes de su casa cuando no se pueden ni ver, o esas otras inseparables que rezuman amor por todos sus poros y luego no comparten -en términos sheldonianos- un mísero "intercourse" , con lo vomitivo que es aparentar y lo respetada que está a día de hoy la soltería.

La verdad que yo si odiaría ser una de esas parejas de las que se piensa eso, con todas mis fuerzas. "Antes muerta", valga la redundancia.Muertos cenantes y vivos errantes. Y todavía tanta mierda alrededor...

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