Historia de un fantasma







La inspiración se perdió con tus besos, entre copas de vino y cigarros desgastados. A mi amor lo empujaron los años y lo hicieron viejo y adúltero, pero también más sabio. Tu casa se volvió más grande y curiosamente tu cama más pequeña, ya no había sitio para nadie más. Los cajones de aquella mesa ya no albergaban nada para mi. El cielo se volvió más gris y mis ojos dejaron de ver porque no había nada que les interesara. Ahora cuándo el perro ladra en la plaza de ese pueblo pequeño ya no me dan miedo los fantasmas. Estoy muy lejos.

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