You are the sunshine of my life









Cuándo tenía unos quince años, me dio por hacer una lista de chicos guapos.
A unos les da por hacer puenting, a otros les da por ser frikis, la edad del pavo es lo que tiene.
Tal era mi admiración por ciertos actores, presentadores de televisión, deportistas y cantantes - e incluso políticos- que decidí enumerarlos para pasar el rato, y si bien la lista de una persona normal no superaría las 100 personas, lo cierto es que yo me sorprendí a mí misma haciendo una cuenta que ascendía a más de 3000 personajes atractivos y todo ésto, sin saber si aquello era un enorme problema hormonal o directamente un don grandioso para apreciar la belleza humana. O una mezcla de ambas
.


A día de hoy, con todas las series nuevas visionadas, películas y nuevos sectores artísticos descubiertos, no quiero imaginar a cuántas personas habrá ascendido la lista, por lo que me voy a conformar con poner mi top 5 de personajes, que más o menos invariables, se han mantenido en mi lista de obsesiones.


1. Ewan McGregor:




Con doce o trece años, estás en esa edad en que los hombres empiezan a impresionarte. No los niños imberbes y pesados, sino esos hombres hechos y derechos de pelo en pecho y musculatura hercúlea que están a miles de años luz de tí -a menos que sean pederastas- y que te invitan a los primeros pensamientos adolescentemente obscenos.

Justamente con esa edad me encontré yo con Ewan en la portada de una revista "Acción" que aún a día de hoy conservo. El fondo azul contrastaba con aquellos enormes ojos verdes que me llamaban a voces y aquello si que fue amor a primera vista porque yo jamás le había visto trabajar pero me había enamorado desesperadamente de la sonrisa y la cara de aquél escocés primero de muchos escoceses amados, en aquellos días aciagos en que el internet estaba mucho menos extendido y en los que conseguir fotos de actores originariamente indies era complicadísimo. Ya era bastante duro tener doce años como para encima saber que el hombre de tu vida estaba por ahi y tu no tenías ni una mísera foto.

Imaginaros después, solo unos años, cuando el jovencito Ewan protagonizó uno de los musicales más románticos de la década y se convirtió en la fantasía de muchas niñas con su dolorido rostro de escritor frustrado y su incipiente barba bohemia. Fue el nacimiento ya no solo de un mito, sino del que sería mi amor más fuerte por un actor en toda mi vida. Siempre que canta "Come what May" y recuerdo esa época acabo llorando, nostálgica que es una.

A día de hoy, Ewan, el que fuera actor fetiche de tantos directores alternativos cayó en las garras del malvado Hollywood y perdió ciertamente en calidad, pero ganó en desnudos. Trabajó con otro de mis mitos eróticos -Mr. Anaconda Farrell- en una película de Woody Allen y se consagró como leyenda. Ewan McGregor, no sólo tiene el título de monstruo de la interpretación, sino que como resulta obvio, es además mi actor favorito.


2. Alex Kapranos:



Antes de que el indie fuera tan "indie" y los modernos entes omnipresentes de recargada presencia existió un escocés, de Glasgow, que con voz grave, varonil y sexual me conquistó poco a poco.
Alex, que era a la música lo que Ewan al cine, era el cantante de un grupo de estética puramente artie, un tipo interesante de delgadas piernas enfundadas en pitillos de Dior y camisas de cuadros, que ocultaba sus ojos tras unas Wayfarer innovadoras, antes del fenómeno masivo que protagonizaron hasta el infinito y más allá. El tipo del flequillo perfecto, que te incita a la violación con casi todas las estrofas de sus canciones, el de las miles de fotos, la entonación perfecta, aquél era Alex Kapranos.

Pero además de obsesión imperecedera, Alex fue también mi primer concierto internacional y uno de mis primeros sueños hechos realidad después de ganar un Meet&Greet en myspace.
Escocés, inexpugnable cuál castillo, delgado, educadísimo y recio, tenía las pupilas más enormes y los ojos más límpidos del universo, la voz aún más sexual y una estética a caballo entre lo vulgar y lo sofisticado. No era de éste universo. Mi pulso se aceleró, la vista se me nubló, pero nunca podré olvidar aquellos dientes tan blancos.

And i will always love Alex Kapranos.



3. Romain Duris



Cuándo un día dije aquello de: "Todo suena más sexy en francés", no me equivocaba. Y mira que a Romain no le he oido hablar nunca en versión original, pero vamos que todo lo que salga de esa boquita de piñón, no puede decepcionar ni mucho menos. Y vamos, aunque no hable, que haga lo que haga Romain es la sexualidad hecha hombre.

Dígamos que con este ya tendría mis dieciocho, "Una casa de locos", ¿el primer pensamiento que cruzó mi mente? "Este tío, es el tío más peludo del universo". Me repelía, asqueaba y hasta daba grima su cara simiesca. ¿Qué pasa? Que un día, con la segunda parte, reveló su versatilidad sexual, su cuerpo huesudo, sus rasgos masculinos, su presumiblemente atractivo acento francés... me pasé la película pensando cosas muy extrañas.

Desde entonces se ha revelado como uno de mis mitos eróticos de todos los tiempos, y su cara embrutecida solo contribuye a que le ame con más pasión. Bien decía mi amiga Hades con su expresión : "Dónde hay pelo, hay alegría".


4.Billy Boyd






La generación "ESDLA", de la que ha nacido más de un friki compulsivo enamorado del reparto de las películas de Peter Jackson, no tendrá dudas sobre la identidad del escocés retratado que interpretaba al genial Peregrin Tuk. Y sí, otro escocés, Scottish Quality, my friend. Hasta al nacer se equivoca una.

Si la verdad es que a todas las chicas las daba por Viggo Mortensen (Sin duda en mi top 20), Orlando Bloom, Elijah Wood o incluso David Wenham, yo de aquellas, más chula que un ocho y con mi rabiosa adolescencia por montera, no dudé en enamorarme perdidamente del Hobbit rubio de nariz aguileña y acento extraño, que además de barítono era tenor y del que presumiblemente no iba a enamorarse nadie más porque.. ¿era acaso el prototipo de chico superpop? La experiencia, que es la madre de la ciencia y algo más, me demostró con el paso del tiempo que mis amores no eran exclusivos, y que tanto Billy como mi otro querido del reparto, Dom Monagham, eran codiciados por cientos de furcias furiosas que algún día cumplirían su condena en el infierno. C'est la vie, me dije y Bill y yo nos fuimos distanciando.

A día de hoy no se nada de él, y el que fuera protagonista de tantas fotos, carpetas e inclusos discos, desapareció de mi vida, no sin olvidar dejar un gratísimo recuerdo y un cariño infinito. ¿Cómo me olvidaría yo de mi Pippin? desde entonces le conservo en todas mis cuentas.


5.James McAvoy






Ya de primeras impresiona, y no seré yo la que se extienda sobre los miles de atributos físicos de mi ¿Cuarto? escocés y PELIRROJO idolatrado, porque saltan a la vista - y más así, espatarrao como sale, todo provocador- aunque sí que puedo contar una pequeña anécdota al respecto.

2005, creo recordar, un Sábado en el cine, hacía un frío del demonio. Comienzan a proyectar "Las Crónicas de Narnia" y desde el primer momento me quedo terrible y traumáticamente hipnotizada por uno de los personajes, que de mirada magnética resulta adorable. Traumáticamente, porque el personaje es una cabra. Un fauno, una cabra... el señor Tumnus debajo de su disfraz peludo es increiblemente atractivo, y no puedo dejar de pensar en que al acabar la película tengo que apuntar el nombre del actor, porque es cosa de otro mundo. Y ahí está: "James McAvoy", el protagonista que tanto juego daría en miles de películas posteriores me roba el corazón, una tarde de invierno que deja de ser fría desde el momento en que sale en la pantalla.

Luego resulta, que a los pocos meses, James está en boca de todas. No tenían bastante con robarme todos los demás que ahora además me quitan a mi cabra, pero bueno ya se sabe que este mundo está lleno de busconas y contra eso...pues no hay quién luche. Supongo que he de perdonar porque no enamorarse de él en "Expiación" resultaría imposible.

A día de hoy, es mi quinto pero no menos amado. Nunca olvidaré como nos conocimos...¡Cómo para hacerlo!

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