En una burbuja de cristal, dónde la luz se intuye pero no llega a quemar. Dónde escucho sin reservas algo que no quiero oir, dónde lo siento todo aunque no lo pueda tocar, dónde vivo porque no muero, y muero porque no vivo. Ahí me encuentro. A años luz de la realidad.
Y lo único que pido, lo único que quiero, no dista mucho de lo que sienten los demás, aún a pesar de lo que se diga.
Incondicionalmente.
Sólo quiero alguien que me quiera sin reservas, en mi burbuja de cristal.

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