Nothing.







Por la ventana observo cosas que jamás me pasarán: fantasmas del pasado, fantasmas de futuro. Me autofustigo por mi insuficiencia, por mi incapacidad de comprender al amar, por no poder hacerlo incondicionalmente. Todos somos egoistas.
Fácilmente se desdibujan las sombras de relaciones que en algún momento pude tener y que no llegarán, destruidas por el tiempo y por mi mente: la imaginación cuando escribe no utiliza tinta indeleble. Todo acaba, incluso eso. Nadie presta interés o quiere realmente y tú en algún momento decidiste olvidarme. Aún duele. Duele que te borren aunque sea suavemente y con tiempo. Duele repetir conductas y que pese a todo las heridas sigan sangrando con sangre infinita. Duele que nadie me llene pues sigo expectante, a la espera de ese punto en el que todos deciden dejarme ir. Y las escenas se siguen repitiendo en mi mente.

Fué un Sábado, siempre era un Sábado, noche. La tortura era tan exagerada como definirla como tal. La soledad me aqueja a partir de ciertas horas como recordatorio: "No te olvides que siempre estás sola en estos momentos" parece repetir. Esos días aún duele más. ¿Por qué nadie cuenta conmigo para lo bueno? También duele ser cruel y tener estos pensamientos. Semejante soledad no obstante es aún más insufrible que todo lo mal que parezco portarme con los demás. Duele que no estén para tí en esos momentos cuando tu lo harías, aunque sabes que es egoísta. Quizá el, ella, ellos no piensen en como te sentirás. Ese no ver más allá de nuestro propio ombligo nos fulmina a todos lentamente.

Y alguien me quiere pero no está. ¿Dónde? Todo acaba recordándome a los Viernes prohibidos, las partidas furtivas y la misoginia, aunque en esto no tenga nada que ver. Se olvida de que me da tanto que a veces estar sola me resulta insoportable, cuando nadie se acuerda de mí. Entonces las lágrimas corren libremente, como si no hubiera mañana y los surcos que dejan no se fueran a ver. Han erosionado mis mejillas, ya son muchos años. Y aunque no se pueda comparar...es lo mismo: cambian las formas.

Estás sola en los momentos clave frente al futuro, cuando tiemblas porque sabes que ya no existe. Quizá no haya un mañana y sea mejor. Todo son sombras.

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