Recuerdo cuando me dijiste que estaba enamorada del amor y yo fingí ofenderme porque me habías calado. Estuve dando vueltas a esa frase en mi cabeza durante años y jamás pensé que mi talón de aquiles fuera tan evidente.

¿Pero como no iba a estarlo si todas esas historias me hacían volver a sentir cosquillas en un corazón que parecía muerto de pena? Me daban alas, me hacían querer vivir, me permitían ilusionarme en un momento en que el mundo me había dado la espalda de la forma más brutal posible.

Pero he olvidado como volver a hacerlo, como volver a tener ilusión. No disfruto con las historias de antaño porque pienso que nunca jamás van a ser realidad, porque la ilusión que tenía la habéis matado a cañonazos con vuestras promesas falsas y mi ingenua fe y ni los besos saben igual porque me habéis robado el alma con el que los daba. Ya no soy yo, sigo disfrazada, pero no estoy aquí con vosotros.

Y ahora vuelve el frío que antaño quise espantar, pero es más intenso.  Y de nuevo espero que estés aquí para ayudarme a hacerle frente, pero como siempre no lo haces. Y me quedo sola paralizada por el miedo que me agarra en la espalda con su mano rugosa y no me deja escapar.

Ya no me quedan más historias y mi corazón late menos fuerte.

Comentarios

Entradas populares