El frío de sus labios delgados me evoca al filo de una navaja, tan...fina y provocadora, invitándote a cruzar al otro lado de la cuerda sin perder el equilibrio dando pequeños pasitos.. Por otro lado, el tacto de sus dedos me frena, también su cuerpo. Siento contracciones en mis músculos rígidos al intentar ser perfecta. Hay sensaciones que podrían, que deberían ser ilegales.

¿Sabes? durante años condensé todos mis pensamientos en estas páginas intangibles. Contigo es al revés, prefiero que los pensamientos no se materialicen hacia fuera, son demasiado bonitos, no quiero que se corrompan  y todo lo que acabas compartiendo, acabas perdiéndolo.

En unos días volveré al mar. En unos días sabré, años después del mejor verano de mi vida, si he tomado la decisión correcta.

Ojalá poder detener el tiempo en ambas direcciones.

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