El tiempo, ese tirano cruel

 



Me deshago entre contradicciones, literalmente. Pierdo consistencia y me cuesta hasta respirar.

El tiempo juega en mi contra, y sin embargo, no puedo hacer nada, solo ver como se mueven las manijas del reloj sin poder detenerlas. No se puede luchar contra lo incontrolable, una vez que lo asumes, no te queda otra que sentarte y esperar a que te consuma totalmente. Quizá puedas intentar disfrutar pero...¿De qué sirve si todo terminará igualmente? El tiempo se encargará de ello.

Ayer mamá estaba aquí, hoy, solo queda polvo de estrellas.

Tampoco puedo dejar de sentir pena, ya no me quedan fuerzas. 

Al final el tiempo siempre me gana.

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