Hoy..

 

Ese estímulo revoltoso que sigue a una onda cerebral y hace que todo explote, me ha roto del todo.

Ese estímulo que te mueve a hacer algo o a no hacerlo, todo porque tienes un terror inmenso a seguir viviendo con tanto dolor. 

Ese estímulo que se mueve de idéntica forma a cuando una gota cae en el agua y empieza a formar círculos concéntricos de líquido que se expanden hasta ocupar toda la superficie y no dejan nada quieto. Una paz relativa e inmóvil, inerte pero que fluye despacio.

 Ese estímulo me lleva a querer olvidarte, ese estímulo me obliga a quererme a mí por encima del resto. A no soportar más frio e indiferencia.

Escribía hace muchos años, cuando todavía creía en el amor que este era como una manta que me arropaba. No es cierto, ahora la gente solo transmite frio. Ahora la gente no está, ni está dispuesta a querer con los brazos abiertos y sin perjuicios. No vale nada, la verdad.

Hoy esa onda me destroza. Me revienta. Me impide abrir bien los ojos porque los tengo arrasados. Hoy ese estímulo me ha invitado a dar el primer paso para quererme más.

Ojalá algún día leas esto y te des cuenta de que nadie puede tener el poder de hacerte tanto daño. Ojalá nunca nadie en el mundo recupere ese poder sobre mí. Y sobre todo, ojalá nadie se crea con el derecho a crear ilusiones y a arrasarme junto con ellas.