Diarios de nostalgia


Supongo, que con el tiempo, me he dado cuenta de que no soy quién esperabas, no se a quién pretendía engañar cuando no lo quise ver. Anoto todas las cosas que pueden hacerte infeliz con un ser egoista, huidizo y cobarde, antinatural y con dosis extremas de precaución ante la vida. Son muchos fallos.

Aquella persona que sufría extrañas sacudidas ante tu presencia, que fingía una indiferencia desesperada y forzaba encuentros teñidos de rutina se ha evaporado. ¿Qué más da ahora todo eso cuando, ahora, con el tiempo, solo quedan los errores del día a día, junto a esa extraña sensación de frustración y desesperanza?

Ahora tengo que irme, pero no se donde marchar. A un lugar en el que se me olvide que los seres mustios no merecemos amar, y en el que las lágrimas dejen de ser las eternas incomprendidas. Un lugar en el que continuar este ciclo inacabado, desde el cuál pueda ver tu sonrisa otra vez.

Comentarios

  1. Complicarse lo menos posible las cosas...minimizar, y dejarse un poco en paz.

    Claire.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares