P.




Se humedeció los labios. El corazón le iba a mil por hora y parecía que no llegaba el momento de verle por primera vez. Se sentó en el banco de aquella estación, inundada por muchas personas que cargaban el ambiente. a reflexionar que haría en un primer momento. Siempre tenía que tenerlo todo pensado. Se sentía incómoda en aquella falda. No la gustaba su físico y no quería una primera impresión mala. Se conformaba pensando que si el la rechazara por algo así, no merecería la pena, pero al menos ella sabía que no era así. Para ella si lo hacía. Y mucho.
 Le vió en un punto lejano y tuvo que agarrarse la chaqueta porque pensaba que se le iba a escapar el corazón en cualquier momento. El sonrió y la miró intensamente. No había maldad en aquellos ojos, ni tampoco segundas intenciones. Acercó su cara a la suya y ella enrojeció ante el contacto de su piel, que abrasaba. Notó como besaba su mejilla cálida durante unos minutos que fueron eternos.

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