Tengo un fuego, un fuego que arde en mi pecho, una incertidumbre. O quizá es más una enredadera de pena que trepa por mis entrañas y me confunde. Tengo nudos en casi todas las partes de mi cuerpo que crecen cada día más.  Y siento....que algo se me remueve en la zona donde debería latir el corazón. Como un cosquilleo, una nostalgia extraña, una canción que por algún motivo me recuerda a algo que no diviso entre la niebla. Es algo así, como si hubiera dejado de ver.

Pese a ello me entrego, pese al miedo. Es eso, miedo es su expresión más pura, pánico a vivir, terror por sentir, por volver a sufrir, por regresar a ese lugar del que no debí salir nunca. Ese estadio primitivo, ese pequeño útero emocional,  mi pequeño fuerte.

busco entregarme, me doy entera. Doy hasta lo que no tengo, porque de mi ya no queda nada y lo poco que puedo ofrecer es mi cuerpo...yermo y dormido Pero esto me consume y la tristeza es adictiva. Esta sensación de no pertenecer a ningún lado, de vagar sin rumbo....esta....incertidumbre. Me persigue.

Y yo quiero....pertenecer a alguien. Ser de alguien. Ser algo más. Remover en las entrañas de alguien y que ese alguien me remueva a mí.

Comentarios

Entradas populares