Gracias y hasta luego
Siempre he pensado que las despedidas duelen. El miedo a desprenderme de la gente, por mis traumas infantiles, supongo, siempre ha estado ahi, y por eso persigo y sigo dando vueltas alrededor de gente que igual ni siquiera debería estarlo. Estoy ahí, aunque no deba.
Realmente creo que ya he aprendido que lo verdaderamente doloroso es darte cuenta de que a la gente le da igual que estés o no en su vida. De que la gente no hace un esfuerzo mínimo cuando estás mal, ya lo harás tú. De que tus tormentos son tuyos y de nadie más, nadie quiere compartirlos, y algunos incluso, son totalmente indefentes al dolor que causan con sus comportamientos. Algunos terribles.
Al igual que tolero el dolor, la ansiedad hasta puntos sorprendentes, tolero el daño por miedo al enfrentamiento.
Se terminó todo. La empatia que nunca existió y la persona que era que ya no estará.
Hay un vacío que no llena nada, ni el amor. Nada tiene sentido. Nadie tiene sentido.
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