Se acabó y se terminó






Siempre recuerdo sus frases hechas, pero una de mis favoritas era esta. "Se acabó y se terminó". Se acabó. Un enfado, una discusión, una broma de mal gusto. Las lágrimas, también en algún punto tenían que acabarse y terminarse. Aunque mira, con ella eso nunca me funcionó. Siempre queda alguna que sale a flote.

 Siempre me preguntaba si ambas cosas eran lo mismo y ahora me doy cuenta que no, que algo se acaba, pero hay que dejarlo terminar, porque si no el proceso en sí no finaliza nunca, se convierte en un bucle. Terminar es más definitivo, más como la muerte. Duele más. Pero una no es sin la otra y la otra, por supuesto, tampoco lo es sin la una. Lo que cuesta es mentalizarse y me ha costado, pero ha llegado el momento.

Supongo que que algo termine también tiene que ver con la conciencia y el saber. Algo acaba pero hasta que no se asienta en nuestro cerebro lo revivimos de vez en cuando. Algo termina cuando se va por fín.  O lo dejamos ir. Nos agarramos tanto a las cosas por miedo a vivir que asusta. Nos agarramos tanto a las personas que...nos olvidamos de nosotras y de nuestras necesidades, de lo que es bueno, de lo que está bien.

Y esa es la cuestión. Encontrar el punto  de cierre o alargarlo hasta el infinito llevándote todo lo demás por el camino. Incluso a ti.

Se terminó el juego y he decidido dar la vuelta al tablero porque no es para mí. Nunca me han gustado esas cosas, ni la indecisión, ni la indiferencia. Si lo fue, no llegó a tiempo. No ha sido justo. No me ha hecho bien.

Hoy soy consciente. No es que tenga un concepto irrealizable del amor. Es que quizá presencié el más puro de todos. Y llegará el día en que ese amor irrealizable se materialice. Y si no, suerte tuve que lo viví tan de cerca.

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